Un cambio de paradigma: Introducción del Marco Global para la Evaluación del Riesgo

Source(s): United Nations Office for Disaster Risk Reduction – Regional Office for the Americas and the Caribbean
Crédito de foto: Scott Graham

Crédito de foto: Scott Graham

Este texto es parte de una serie de ocho artículos escritos por los coautores Marc Gordon (@Marc4D_risk), UNDRR y Scott Williams (@Scott42195), con base en el capítulo sobre el riesgo sistémico, el Marco de Sendai y la Agenda 2030, incluido en el Informe de Evaluación Global de 2019 sobre la Reducción del Riesgo de Desastres. Estos artículos exploran la naturaleza sistémica que ha puesto en evidencia la pandemia mundial ocasionada por el COVID-19, qué es lo que debe cambiar y cuál es la forma en que podemos lograr un cambio de paradigma, para pasar de gestionar los desastres a gestionar el riesgo. 

“Los paradigmas no son corregibles en lo absoluto por la ciencia normal; un cambio de paradigma es un cambio en los valores”.  Thomas Kuhn

 

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Nuestra sociedad global ha llegado a comprender que los riesgos sistémicos —tal como la pandemia ocasionada por el COVID-19— puede dar origen a la inestabilidad y hasta a la falta de control a gran escala. Por ello, existe la necesidad urgente y creciente de entender y gestionar mejor las incertidumbres, así como de movilizar a las personas, la innovación y las finanzas. También resulta innegable que existe la apremiante necesidad de ampliar los marcos estándar para la gestión del riesgo, o de prestar atención al llamado para lograr un cambio de paradigma con relación a la forma de enfrentar los riesgos, tanto controlables como incontrolables. Este es el tipo de cambios que fomenta el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030.

Necesitamos una transición para pasar de gestionar los desastres a gestionar el riesgo. También debemos pasar de gestionar las amenazas “convencionales” a lograr una mejor comprensión de las interacciones dinámicas con los riesgos sistémicos. Asimismo, debemos explorar la facilitación de un “nuevo sistema de relaciones” que permita que surjan futuras teorías y soluciones con “un ámbito más amplio, con predicciones más precisas y que resuelvan más problemas”.

Reconocemos que la aplicación de las mismas formas de comprender el riesgo que siempre hemos usado no nos ha preparado bien para ocuparnos de los riesgos que enfrentamos. Un claro ejemplo de esto es la emergencia a nivel mundial ocasionada por el COVID-19. Necesitamos renovar los enfoques para la evaluación y el análisis del riesgo y debemos hacer esto dentro del contexto más amplio del Marco de Sendai y de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Tal como se mencionó en algunos de los artículos anteriores de esta serie, los métodos actuales están atentos a los “auges” más grandes e históricamente más obvios de los riesgos para los seres humanos, en lugar de las interdependencias que existen en tales riesgos.

En décadas recientes, hemos creado y reconocido muchos otros tipos de riesgos que producen las mayores consecuencias para la humanidad. La comprensión de la naturaleza dinámica y sistémica del riesgo y las oportunidades que ofrecen los nuevos enfoques y conceptos del riesgo serán el reto principal durante la primera mitad del siglo XXI.

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Como respuesta a este reto, diversos expertos hicieron un llamado a la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR) —a la cual se le ha encomendado que apoye la consecución de los resultados y los objetivos del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres y de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible— para que estableciera un proceso para diseñar conjuntamente y desarrollar un Marco Global para la Evaluación del Riesgo (GRAF, por sus siglas en inglés). La intención de esta iniciativa es orientar la toma de decisiones y transformar el comportamiento, especialmente con respecto a los riesgos complejos y sistémicos, tal como la pandemia del COVID-19.

De forma específica, el GRAF apoyará a los gobiernos nacionales y subnacionales, al igual que a los actores no estatales, tales como empresas e instituciones financieras del sector privado [mencionadas en el párrafo 36(c) del Marco de Sendai]. El GRAF ofrecerá apoyo para reconocer nuevos patrones de vulnerabilidad e información sobre el riesgo dentro de los esfuerzos dedicados a lograr las metas de todos los acuerdos intergubernamentales de 2015, y también prestará asistencia para medir los avances en la reducción del riesgo. También se espera que el GRAF sea un componente fundamental de un marco integral de las Naciones Unidas para evaluaciones y análisis del riesgo, como apoyo a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. El GRAF contribuirá a la visión del Secretario General de la ONU de apoyar la toma de decisiones para establecer una plataforma integral sobre prevención, al igual que dentro del Marco de las Naciones Unidas sobre Resiliencia.

Diseñado para abordar diversas situaciones complejas, tal como la pandemia del COVID-19, el GRAF orientará y centrará acciones dentro y entre distintos sectores y zonas geográficas que tomen las instancias decisorias en los ámbitos local, nacional, regional y mundial en torno a los objetivos y las prioridades de acción, en situaciones de incertidumbre y cuando se enfrenten riesgos sistémicos. El GRAF abordará diversos temas, lo que incluye una evaluación de las vulnerabilidades sistémicas de los sistemas agrícolas, el aumento de la resiliencia en los sistemas de generación y distribución de electricidad en lugares propensos a huracanes, o la planificación de la continuidad empresarial entre los actores de los sectores públicos y privado para la prestación de servicios básicos en las zonas metropolitanas de rápido crecimiento.

El propósito del GRAF es aumentar el grado de comprensión y de gestión de los riesgos actuales y futuros, en todas las escalas tanto espaciales como temporales. Este marco busca ayudar a gestionar mejor las incertidumbres y a movilizar a las personas, la innovación y las finanzas. El GRAF logrará esto al fomentar sistemas transdisciplinarios y al permitir la identificación de anomalías e indicios precursores, como un tipo de sistema de alerta temprana sistémica. Asimismo, el marco busca revelar las relaciones, las interrelaciones, las correlaciones y las dependencias de diversos riesgos y actores entre distintos sistemas, a fin de establecer una comprensión en común y permitir que las instancias decisorias puedan tomar acciones.

El diseño y la elaboración del marco están a cargo de un grupo de expertos sobre el GRAF, grupos de trabajo sobre este marco y UNDRR. Asimismo, el GRAF está en función de un proceso de diseño que se centra en los usuarios y trabaja con todos los grupos interesados para crear un marco y una comunidad de práctica, así como para permitir la comprensión y la socialización de contextos, datos, información, modelos, métricas, modalidades de comunicación sobre el riesgo y apoyo a las decisiones que se deban tomar.

“Se ha descrito un cambio de paradigma como la gestión del mismo grupo de datos tal como se hacía antes, pero colocándolos en un nuevo sistema de relaciones mutuas, al darles un marco diferente”. Herbert Butterfield

Mediante una serie de enfoques, tales como una modelación conjunta y análisis comparativos, se espera que, en el transcurso del tiempo, el GRAF logre aumentar el grado de comprensión de la naturaleza multidimensional y las interacciones dinámicas de los riesgos, a fin de evitar o de adaptarse a las discontinuidades en los sistemas críticos, tales como la salud humana, el funcionamiento de los ecosistemas y el desarrollo económico, y para aumentar el potencial de transformar comportamientos.

El GRAF busca permitir la autoorganización y un aprendizaje centrado en la información relacional de los actores relevantes sobre los efectos y las consecuencias de las decisiones, reconociendo que es posible lograr una reducción considerable del riesgo al comprender y abordar patrones y contextos de vulnerabilidad y exposición, y teniendo presente el subdesarrollo de los datos sobre ambos aspectos (tanto sociales como ambientales), tal como se está experimentando actualmente con la pandemia ocasionada por el COVID-19. Diversos expertos han recomendado centrarse en la vulnerabilidad y en la exposición como un área prioritaria del GRAF.

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El GRAF ofrecerá opciones para las instancias decisorias de cualquier país para que reduzcan el riesgo, al contar con una forma muy clara de comprender su composición y qué medidas concretas se pueden tomar para reducirlo, al igual que la integración de una verdadera reducción del riesgo en aquellas políticas, estrategias, iniciativas y recursos que se refuerzan mutuamente, y la facilitación de inversiones en tales medidas.

El GRAF tiene en cuenta cuatro temas que se relacionan entre sí, los cuales son esenciales para reducir el riesgo:

Temas

¿Por qué?

  1. Ampliación del ecosistema de datos: Hay más tipos de datos que son accesibles y utilizables para comprender el riesgo.

Estamos empleando una base demasiado limitada y dedicando demasiado tiempo a las preocupaciones en torno a la gestión de amenazas, y no hay un grado suficiente de comprensión sobre la forma en que nuestras decisiones acerca de la exposición y la vulnerabilidad crean riesgo. Hay países y comunidades que cuentan con información sobre el riesgo en sus propios contextos, pero no se está usando.

  1. Cartografía (mapeo) de la verdadera topografía del riesgo: Representar el riesgo de una forma que permita la toma lúcida de decisiones sobre cómo podemos reducir el riesgo.

Necesitamos una forma de mostrar dónde y cómo se acumula el riesgo, a fin de tener una idea sobre qué se debe hacer al respecto.

  1. Establecer del rumbo que deben tomar las decisiones: Desarrollar vínculos entre las prioridades de los grupos interesados y la información sobre el riesgo, y ampliar el alcance de estos grupos para reducirlo.

Debemos dar respuesta a las preguntas que los grupos interesados están formulando sobre la forma de reducir el riesgo, para determinar dónde pueden participar. Debemos apoyar el cambio hacia la toma de acciones coordinadas y reforzadas mutuamente para la reducción del riesgo.

  1. Incentivación de la reducción del riesgo: Reforzar los incentivos en los que pueden basarse las instancias decisorias cuando planifiquen el desarrollo y las acciones dirigidas a reducir el riesgo.

Para ayudar a las instancias decisorias a tomar decisiones con conocimiento de causa, debemos eliminar barreras al uso de la evidencia existente. La toma de decisiones no solo está en función de la disponibilidad de información, sino también de los ciclos de las elecciones, las finanzas y la rendición de cuentas en el marco de los proyectos.

El modelo del GRAF para la evaluación del riesgo empieza preguntando cuáles son los datos y la información sobre el riesgo que permitirían que las instancias decisorias tomen decisiones con conocimiento de causa (decisiones informadas). Las interdependencias y los contextos en los que se crea el riesgo se hacen más visibles y las fuentes relevantes de información en un plano global se relacionan con las fuentes locales, a fin de ofrecer un panorama más completo del riesgo, en el contexto en que está trabajando la instancia decisoria. Después, la descripción mejorada del riesgo puede formar la base para las inversiones y las decisiones informadas, al igual que para reforzar (y reforzarse mediante) los compromisos, los planes y las estrategias existentes para reducir el riesgo.

El GRAF estimulará comportamientos de sistemas transdisciplinarios —por parte de los gobiernos inversionistas, comunidades y el sector privado—, los cuales apoyarán la toma de acciones transformativas al ofrecer perspectivas, herramientas y demostraciones prácticas para las instancias decisorias en los niveles pertinentes. Esto incluirá el desarrollo de metodologías inclusivas, colaborativas, compartidas y multiusuarios de forma oportuna. Con esto se permitirá la realización de investigaciones con datos que se analizan con cierta frecuencia y que no varían mucho (denominados datos “tibios”), el establecimiento de “colaboratorios” y el desarrollo acelerado de una inteligencia colectiva en torno a los riesgos sistémicos. Con todo esto se creará una cultura para la toma de decisiones informadas sobre el riesgo y, en última instancia, para transformar comportamientos y aumentar la resiliencia de las sociedades y los sistemas.

La comprensión de la naturaleza sistémica de los riesgos y las oportunidades que ofrecen los nuevos enfoques y conceptos serán el reto principal durante la primera mitad del siglo XXI. La comunidad del GRAF está lista para efectuar contribuciones significativas para comprender y controlar la pandemia ocasionada por el COVID-19, como uno de los primeros acontecimientos más importantes que exigen la aplicación de nuevos enfoques para reducir la duración y la magnitud de las pérdidas, y para acelerar los avances hacia un futuro que tome en cuenta el riesgo y que sea sostenible y regenerativo para todas las personas.

 

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