Las ciudades y sus lecciones para mejorar la gobernanza

Source(s): United Nations Office for Disaster Risk Reduction – Regional Office for the Americas and the Caribbean
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Los asentamientos urbanos, como el escenario principal de la pandemia de COVID-19, han demostrado la importancia de mejorar la gobernanza del riesgo. Y es lógico que sean las ciudades los principales motores de innovación ante los riesgos. De acuerdo con un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el 81% de la población en la región vive en ciudades y se estima que para 2050 más del 90% será urbana. Uno de cada cuatro habitantes vive o vivirá en asentamientos informales con factores de vulnerabilidad y disparidad social, política y económica.   

Estos datos evidencian la urgencia de una coordinación y coherencia entre los planes y las estrategias locales y nacionales para reducir los riesgos. Esto es clave para la efectiva implementación del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030, cuya Meta E tiene como propósito “incrementar considerablemente el número de países que cuentan con estrategias de reducción del riesgo de desastres a nivel nacional y local para 2020” y cuyos avances serán revisados este año.  

Asimismo, esta meta global pone de relieve la necesidad de crear políticas y estrategias para la buena gobernanza, en línea con el enfoque del Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres de este año, que se conmemora el próximo 13 de octubre. Una gobernanza que se hace más imperativa después de los efectos en cascada y el impacto de la pandemia en todos los ámbitos de nuestras vidas.   

“Uno de los elementos fundamentales para las ciudades durante esta pandemia ha sido la organización. Más allá de los sistemas de alerta temprana, los grandes laboratorios y los hospitales sofisticados, la verdadera clave ha sido la organización”, afirma Rosendo Mesías, Oficial nacional de Riesgo y Desastres del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en La Habana, Cuba.  

Añade Mesías que “los sistemas [de gestión del riesgo y desastres] han fortalecido su capacidad de interacción y su trabajo multidisciplinario y complementario” para poder enfrentar justamente la complejidad de la pandemia y sus efectos cascada.  

A través de la Campaña Mundial "Desarrollando Ciudades Resilientes: ¡Mi ciudad se está preparando!", la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR) ha promovido los esfuerzos integrales y multidisciplinarios en zonas urbanas con asistencia técnica, capacitación y fortalecimiento de capacidades. También ha impulsado el intercambio de conocimiento entre ciudades y la socialización de experiencias, al tiempo que ha promovido  alianzas estratégicas para la implementación a nivel local del Marco de Sendai.  

La capacidad de resiliencia fue puesta a prueba durante la pandemia de COVID-19, en la que los pasos dados antes de esta crisis sanitaria fueron fundamentales en la respuesta de las zonas urbanas.  

En algunas ciudades existieron coordinaciones desde diferentes sectores. Por ejemplo, la Ciudad de Buenos Aires, Argentina, fortaleció durante la fase de emergencia sus sistemas de comunicación a través de plataformas y redes sociales con el objetivo de crear conciencia, particularmente dentro de asentamientos irregulares. Así también, puso en marcha estrategias para disminuir la violencia doméstica derivada del confinamiento.  

La ciudad de Guatemala, por su parte, enfrentó la pandemia fortalecida por un trabajo previo de su resiliencia urbana, apoyado por la metodología y herramientas de la Campaña Mundial "Desarrollando Ciudades Resilientes: ¡Mi ciudad se está preparando!". La capital chapina se enfocó en coordinar relaciones sólidas entre los sectores públicos y privados y las comunidades, con el fin de desarrollar políticas de reducción del riesgo de desastres efectivas.   

La pandemia, entonces, se transformó en una oportunidad para replantear el desarrollo de las ciudades a través de la inclusión de soluciones basadas en la naturaleza, con nuevos modelos de crecimiento, de comunicación y de expansión urbana. Una oportunidad en la que la buena gobernanza es la llave del engranaje.  

“Se hace necesario fortalecer la gobernanza, pero a través de visiones sistémicas y pensando en un trabajo integrado entre gobiernos locales vecinos, zonas urbanas marginales, ambientales intervenidas y rurales.  Si algo nos deja de conocimiento la crisis es que las acciones deben incluir a todos los actores públicos y privados”, asegura Daniel Arteaga, especialista ecuatoriano en manejo de riesgos de desastres y ambiente.  

Y es desde la perspectiva de fortalecimiento de la gobernanza que se aborda la nueva iniciativa Desarrollando Ciudades Resilientes 2030 (MCR2030) y que se construye sobre los resultados de la campaña "Desarrollando Ciudades Resilientes: ¡Mi ciudad se está preparando!" que finaliza este año. Esta nueva apunta a incrementar por los próximos 10 años el número de ciudades comprometidas a reducir los riesgos climáticos y de desastre a nivel local, a la vez que desarrollar la resiliencia, contribuyendo directamente al logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible 11 (ODS 11) y a otros marcos globales incluido el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030, el Acuerdo de París y la Nueva Agenda Urbana.  

La iniciativa, que funcionará simultáneamente a nivel global y regional, fortalecerá la capacidad de las ciudades para desarrollar estrategias/planes locales de reducción del riesgo de desastres y apoyará a las ciudades en la implementación de los mismos. También tiene el propósito de potenciar los vínculos verticales entre los Gobiernos locales y nacionales y las asociaciones nacionales de municipalidades.  

Mami Mizutori, Representante Especial del Secretario General de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastre, lo resume así: “la pandemia nos da la oportunidad de repensar las ciudades y comprender que superar los grandes retos a los que se enfrentan en el ámbito de la reducción del riesgo de desastres, significa también garantizar la sostenibilidad del desarrollo”.  

 
El siguiente formulario es una invitación a manifestar su interés a formar parte de los socios o ciudades que conformarán la iniciativa MCR2030, y compartir sus áreas de experiencia y conocimiento. También permitirá a la Secretaría Regional para las Américas y el Caribe empezar a construir un mapa de potenciales socios de MCR2030 en la región. Gracias por participar!

Para conocer más sobre la iniciativa MCR2030, acceda aquí.

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